Como nicaragüense y miembro Co-fundador de la Fundación Quién Soy Yo, deseo hacerles saber que yo mismo era una persona que me encontraba en condiciones de adicción. Quizás no necesité de un centro de rehabilitación para que Dios me liberara de mis adicciones; y nunca llegué hasta el punto de situación de calle, pero puedo asegurarles que mi vida era un completo caos, sin esperanza ni propósito alguno.
Cuando tenía 28 años, mientras vivía en Canadá, alguien muy amable y genuino llamado Stefan me invitó a su Iglesia Warden Full Gospel Assembly (WFGA). Aquel domingo por vez primera, me sentí diferente y especial, pero lo más importante es que me hicieron sentir amado, aceptado y apreciado. Las palabras “rechazo” o “no sirves para nada” no tenían cabida en ese lugar. Mi pasado no era importante para ellos, sino mi bienestar y el compartir su esperanza en Cristo. WFGA fue el lugar en donde se originó todo un cambio en mí, llego la gracia de Dios, su perdón, mi conversión, mi bautismo y una nueva familia.
También había un anciano de nombre Walter Kimmerle y su esposa Elsbeth Kimmerle, una pareja muy entregados a su fe y a su Dios. Walter fue para mí una especie de mentor así como otros; y mucho de lo que hoy soy, es debido a lo que aprendí a través del tiempo que él me dedicara, esto me llevo a anhelar una profunda relación con Dios. La biblia llama a estos hombres y mujeres de Dios un "sacrificio vivo"; son personas que viven para Dios y no para sí mismos. Su amistad tuvo un gran significado en mi vida tanto como su esposa. Hoy el Hermano Walter y su esposa Elsbeth han partido con el Señor, y sus memoria sigue siendo una bendición.
Cuando empecé a desarrollar una vida de oración, a leer la palabra de Dios y a ir a la Iglesia, mi visión de la vida y del mundo empezó a cambiar. El Espíritu Santo me estaba dando vida y Dios me estaba liberando por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. La pregunta de "¿Quién soy?" empezaba a asentarse; mientras Dios construía mi verdadera identidad en Él, me sentía en casa. Las adicciones habían desaparecido, y comencé a ver más claro, con esperanza y comprensión. Empecé a hacer enmiendas y a involucrarme en trabajos voluntarios en cualquier organización, donde lo único que tenía en mente era compartir el amor de Cristo que recibía gratuitamente.
Años después, trabajando, ahorrando y asistiendo a la iglesia como parte de mi nueva vida, Dios me llevo a hacer viajes misioneros independientes. Mis relaciones y ámbito social con otras iglesias se aumentaron. En uno de mis regresos a Canada Dios me dirigió a la iglesia Heron Park Baptist Church (HPBC), y me invitaron a compartir un día, ahí se empezó a desarrollar una relación profunda con ellos también, y fue ahí donde Dios me dio el llamado a través de HPBC que necesitaba ir al campo misionero como un misionero a tiempo completo.
Es tan majestuoso ver años después cómo Dios hace las cosas. Dios me dirigió a WFGA para traerme a una nueva vida en Cristo y discipularme, y Dios me llevó a HPBC no solo para enviarme al campo misionero sino para formar parte de la obra redentora de Dios en Cristo Jesús. A lo largo de los años, nos unimos a Latín América Misión Canada (LAM), una organización cristiana. Hoy los tres son patrocinadores de esta misión y forman parte de nuestra historia.
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son mal altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos." (Isaías 55:8-9 RVR 1960)